martes, 1 de abril de 2008

La Derecha se Asfixia, (ya no pueden).


Licda. Norma Guevara de Ramirios

Se acabó la idea del rebalse, engaño predilecto de la derecha para que las mayorías esperen pacientemente el momento para recibir lo que en justicia merecen, el tiempo de esperar que el crecimiento económico de algunos sectores sea tan grande, que rebalsen unas cuantas gotas a favor de quienes producen la riqueza, sea como trabajadores, sea como consumidores o como contribuyentes del fisco.

Ahora el Ministro de Hacienda reconoce que hay crisis y nos recomienda apretarnos el cinturón, sustituir lo que comemos, dejar de lado ciertos lujos y abandonar la idea de que ante todo encarecimiento de productos o servicios vitales, le pidamos subsidio al gobierno.

Este discurso del Ministro de Hacienda, interpelado para que busque la manera de apoyar a los artesanos productores de pan, es revelador, pero debiera hacerlo frente a la Presidencia de la República que es el principal consumidor de los fondos públicos de manera suntuosa, este discurso es el sustento de los eternos NO de la derecha: No al medio pasaje para los estudiantes, No al aumento del salario mínimo, No a la regulación de las utilidades de las transnacionales que importan y comercializan combustibles, No a la protección de precios del maíz, de las medicinas, de la harina, de la leche, de la carne y una larga lista de otros No, siempre que se trate de buscar disminuir la precariedad y la asfixia económica de las mayorías.

Las razones de los No del gobierno para respaldar sectores en franca quiebra pone al desnudo dos cosas: se dan cuenta que el país vive una crisis de profundo alcance y la segunda, que lo que aseveran semana a semana pintándonos un país floreciente, de renta media, pujante es una falacia, hipnosis ideológica para hacer creer que la mayoría vive bien y que el turno para mejorar vendrá.

Con publicidad y mentiras se nos presenta un país inexistente que la gente no encuentra cuando circula en los buses, en los mercados, en las calles, en las gasolineras, en los hospitales, o cuando va de un establecimiento a otro buscando oportunidades laborales; mientras a lo largo de 19 años un pequeño grupo de personas afines al gobierno han acrecentado sus capitales de manera exagerada llevándonos a niveles extremos de desigualdad.

Hemos pagado el precio más alto de tener gobiernos ortodoxamente neoliberales, y por eso ha llegado la hora de decirle No a los No de la derecha, de buscar un camino que posibilite el cambio hacia un mejor país, más justo, más humano donde la filosofía y valores plasmados en nuestra Constitución sean el marco para que el Estado y sus instituciones se comporten como servidores del pueblo, constructores de la felicidad humana.

Los No de la derecha para buscar medidas protectoras de la seguridad alimentaria representa que una obrera, una trabajadora de maquila, una empleada que gana el mínimo y estaba acostumbrada a llevar dos panes con aguacate por quince centavos de dólares ahora necesita treinta centavos para llevar los mismos dos panes con aguacate. ¿Diga Señor Ministro de Hacienda, de qué lujo puede renunciar una trabajadora de maquila, una vendedora del mercado o una empleada que gana salario mínimo?

Han mentido toda la vida afirmando que su capitalismo salvaje, como lo calificó en su tiempo Juan Pablo II, es el sistema de libertades, pero esas libertades de las que hablan valen sólo para ellos, para minorías, libertad para especular, libertad para pagar bajos salarios, libertad para evadir los impuestos, libertad para buscar prerrogativas en lo público cuando se trata de sectores y acciones de su grupo, pero nunca para las mayorías.

Han hecho mucha crítica a la fracción legislativa del FMLN cuando niega sus votos por leyes que elevan el endeudamiento, leyes que disfrazan la crisis fiscal dejando para el futuro enormes problemas financieros; pero jamás podrán afirmar que faltaron o faltan los votos del FMLN a favor de los agricultores que tienen deudas impagables, o de los pescadores que pagan FOVIAL sin usar carreteras con sus lanchas, o a favor de la construcción de hospitales, o de estímulo a las empresas pequeñas y medianas que son estafadas.

Los No de la derecha son contra las mayorías, los no de la izquierda son en protección de la familia salvadoreña y está llegando el momento de decirle no al continuismo de una derecha que nos ha empobrecido, que provocó más delincuencia, más emigración, más desigualdad y hambre.

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